Fiat Chrysler se vio obligada a cerrar plantas y cancelar turnos después de que miles de trabajadores de Michigan y Ohio bajaran sus herramientas ayer en oposición a la decisión de la empresa y del sindicato United Auto Workers de continuar la producción durante la pandemia de coronavirus. Los tres fabricantes de automóviles con sede en Detroit anunciaron más tarde planes para cerrar plantas en toda América del Norte.
Durante semanas, el UAW ha tratado de mantener a los trabajadores en las fábricas con declaraciones conjuntas con los ejecutivos de las empresas, afirmando falsamente que las plantas son seguras, y acompañando a la gerencia para amenazar a los trabajadores con despidos si se negaran a trabajar en condiciones inseguras. Ante la indiferencia criminal del UAW hacia sus propias vidas, los trabajadores de la industria automotriz están tomando el asunto en sus propias manos.
Los paros laborales en los Estados Unidos son los últimos de una ola de huelgas salvajes en todo el mundo en desafío a los sindicatos. Los trabajadores de la industria automotriz de Italia, España y Canadá realizaron paros anteriormente en protesta por la decisión de la gerencia de continuar la producción durante las cuarentenas nacionales. Después de semanas en que la clase capitalista de los Estados Unidos y Europa ha seguido una política deliberada de “negligencia maligna” –combinando el bombeo de miles de millones de dólares en las bolsas de valores con una inacción total en la protección de las vidas de millones de personas—, un sector crítico de la clase obrera internacional está empezando a movilizarse y a presentar su propia respuesta a la pandemia.
Las huelgas comenzaron en la planta de ensamblaje de Sterling Heights, en los suburbios de Detroit, el martes por la noche, poco después de que la “mesa de trabajo” conjunta del UAW y los gerentes anunciara que todas las plantas de las empresas automotrices basadas en Detroit seguirían funcionando con horarios ligeramente modificados, a pesar de que varios trabajadores dieron positivo, incluidos dos en la planta de Sterling Heights. Después de no poder intimidar a los trabajadores para que reiniciaran labores en la línea, la administración envió a los trabajadores a casa temprano, a las 10:30 PM.
La escena se repitió el miércoles por la mañana, cuando el siguiente turno se sentó y se negó a trabajar, permitiendo el paso de vehículos incompletos por la línea. “Nunca debió haber tomado tanto tiempo”, dijo un joven trabajador de la planta al WSWS. “Hay más de 7.000 trabajadores en nuestra planta, interactuando constantemente entre ellos, inclinándose y gateando dentro de los mismos camiones. ¿Cómo se supone que nos mantendremos separados allí?
“Esto no es nuestra culpa. No queremos ser portadores. El sindicato dice que podemos solicitar permisos de dempleo, pero tardaría dos semanas en conseguir algo. Necesitamos ser compensados ahora. Les hemos generado miles de millones en ganancias a estas compañías y actúan como si fuéramos sus malditos peones”.
La acción se extendió rápidamente a otras plantas. En armadora de Jefferson North, los trabajadores entraron en la planta por la mañana y se sentaron sin trabajar durante horas, antes de que la dirección finalmente los enviara a casa a la 1 PM. Según los trabajadores, los funcionarios del UAW salieron corriendo de las oficinas del sindicato para amenazarlos con despidos, pero sin éxito. “El sindicato nos traicionó”, dijo un trabajador. “No necesitamos turnos rotativos, tenemos que cerrar las plantas. Ni siquiera se preocupan por nosotros y nuestras familias, como demostró el UAW anoche”.
Otro trabajador de Jefferson añadió: “Creen que los trabajadores valen menos que los coches que se producen. Somos prescindibles y una vez que uno de nosotros muere, hay más gente esperando para reemplazarnos para que la compañía pueda seguir ganando dinero”.
Hubo escenas de enojo en el noroeste de Ohio en la armadora Toledo North donde docenas de trabajadores se enfrentaron al vicepresidente del Local 12 del UAW, Brian Sims, por mantenerlos en el trabajo. Después de mentir y afirmar que no hubo paros en otras plantas y exigir que los trabajadores “se relajen”, Sims salió abruptamente por la puerta trasera de la sala del comité.
También se realizó una huelga en la planta de motores en Dundee, al sur de Ann Arbor. Los trabajadores de Warren Truck, que habían hecho un paro parcial a principios de la semana, también fueron enviados a casa temprano.
Ante la posibilidad de un paro nacional o incluso continental, Fiat Chrysler, Ford y General Motors anunciaron por la tarde que cerrarían sus plantas de América del Norte, incluidas las de México y Canadá, hasta el 30 de marzo. Sin embargo, esta es otra maniobra, diseñada de las compañías y el sindicato para comprarse tiempo para reducir la oposición y reiniciar la producción completa.
La directora ejecutiva de General Motors, Mary Barra, anunció que implementaría una “suspensión sistemática y ordenada del trabajo”. En realidad, esto significa que la empresa intentará mantener al menos a algunos de los trabajadores en el trabajo durante otra semana o más, sin dejar casi ningún tiempo de inactividad antes de la reapertura de las plantas el 30 de marzo. Después de anunciar que continuaría la producción en la planta de GM en Lansing Delta Township hasta el 27 de marzo, la gerencia repentinamente dijo el miércoles por la noche que la planta cerraría este viernes 20 de marzo.
Otras empresas automotrices continúan la producción en América del Norte o han cerrado sus plantas por un período de tiempo aún más corto. Honda anunció ayer que detendría la producción en América del Norte por sólo seis días. Volkswagen dejó inactiva su planta de Chattanooga, Tennessee, por apenas 24 horas el lunes antes de reanudar la producción. Cientos de miles de trabajadores de los proveedores de piezas siguen siendo obligados a trabajar, incluso en las plantas adheridas al UAW, en condiciones aún peores que en las plantas de ensamble.
A pesar de un cierre ordenado por el Gobierno, Tesla intentó mantener la operación normal en su planta en Fremont, California, hasta que intervino el sheriff local. Ahora continúa con las “operaciones básicas mínimas”. La empresa de vehículos eléctricos había intentado designarse una “empresa esencial” según los términos de la orden de cierre del condado de Alameda, con el argumento absurdo pero siniestro de que la planta es considerada como parte de la “Infraestructura Crítica Nacional” por el Departamento de Seguridad Nacional.
Hay un elemento de desesperación en los intentos de las compañías automotrices de mantener la producción el mayor tiempo posible. Habiendo enfrentado una caída en las ganancias y ventas incluso antes de la pandemia, las compañías automotrices están bajo intensa presión de Wall Street, donde los precios de las acciones en general están en caída libre. Buscan apuntalar el valor de sus acciones continuando la producción, incluso cuando la demanda de los consumidores se desploma ya que decenas de millones de personas permanecen en sus casas.
El control de daños en la prensa corporativa y por parte de la élite política está ahora en pleno apogeo. Los titulares de los medios de comunicación que informan de los cierres han excluido sistemáticamente toda mención de los paros, dando a entender en cambio que las empresas y los sindicatos habían reconsiderado repentinamente su decisión de continuar la producción por preocupación por el bienestar de los trabajadores. Los titulares de la última semana que decían que las plantas estaban siendo sometidas a una rutina de “limpieza profunda” han sido ahora expuestos como completas mentiras. En realidad, no se había hecho casi nada. Los trabajadores informan que ni siquiera tienen acceso a guantes, mascarillas, desinfectante de manos o incluso agua caliente para lavarse las manos.
Debbie Dingell, la viuda del difunto “congresista de GM” John Dingell, emitió una declaración ayer por la tarde en la que sugiere que el UAW lideró la lucha por el cierre de las plantas. “Los dirigentes del UAW se centraron en la protección de la salud y la seguridad de sus trabajadores como primera prioridad”, afirmó, y agregó: “En el futuro, los sindicatos y las empresas deben colaborar estrechamente para proteger a los trabajadores y la estabilidad de la industria [subrayado nuestro]”. En un lenguaje sencillo, procuran obligar a los trabajadores a regresar a las plantas para obtener más ganancias.
Los acontecimientos de ayer fueron un hito en la rebelión profundamente arraigada de los trabajadores contra los sindicatos proempresariales. Al tomar la iniciativa en sus propias manos y en oposición al UAW, los trabajadores pudieron, en pocas horas, hacer tambalear a las empresas automotrices y al menos detener temporalmente la producción. Los trabajadores de la industria automotriz están comenzando a confirmar a través de su propia práctica que son mucho más poderosos sin el UAW. “Esto fue impresionante”, dijo un trabajador de Sterling Heights, refiriéndose a la fuerza colectiva de los trabajadores.
Los trabajadores automotores ahora deben convertirse en la punta de lanza de un movimiento más amplio de toda la clase obrera. El siguiente paso es formar una red de comités de base en los centros de trabajo y vecindarios, comenzando por las plantas automotrices, pero incorporando a todas las secciones de la clase obrera y vinculándose con los trabajadores en todo el mundo.
Estos comités pueden forzar el cierre de toda la producción no esencial, con una compensación total y sin licencias por enfermedad perdidos. Estos comités deberían exigir a los Gobiernos de todo el mundo que asignen billones de dólares para hacer frente a la pandemia. La riqueza acaparada por los ricos y las grandes corporaciones debe ser expropiada y puesta a disposición de la sociedad, y las industrias deben ser reajustadas para producir el equipo médico necesario y las necesidades vitales.
“Fue necesario que los trabajadores se unieran, salieran y detuvieran las plantas”, le dijo un trabajador de Warren Truck al World Socialist Web Site. “Estamos haciendo lo que tenemos que hacer. Debemos proteger nuestra salud, a nuestros hijos y a nuestros padres de mayor edad. Esto tiene que ser justo para todos. Tenemos que ser tratados con igualdad, ser iguales.
“Componemos el país. Hacemos todo. Tenemos que levantarnos y recuperar lo que ya hemos construido. ‘Ellos’ son los capitalistas. Y ‘ellos’ quieren dividirnos. No se trata de blancos y negros, gays y heterosexuales, se trata de capitalistas y pobres. Tenemos que poner fin a la negatividad racial diseñada para mantener a la gente separada.
“Hay suficiente dinero en el mundo. No debería haber un solo indigente, ni veteranos en las calles. Han puesto miles de millones en el mercado de valores, pero ¿qué pasa con nosotros? En Detroit, deberían tomar todos esos edificios escolares vacíos y hacer hospitales de emergencia, así como ayudar a los sin techo. Nos están mostrando que no les importa.
“Esto no es solo por el virus. Es más grande que el virus, se trata de ricos y pobres en todo el mundo. Les gustaría deshacerse de los ancianos, tal vez de algunos bebés y controlar la población. La clase trabajadora tiene el poder de cambiar esto. Lo que necesitamos es una conducción fuerte. El capitalismo está matando todo y estoy cansado de ello”.
¡Cierren toda la producción no esencial para detener la propagación del coronavirus! Distribuyan nuestra declaración, “ Cómo combatir la pandemia del COVID-19: un programa de acciones para la clase obrera” y formen comités de base en sus lugares de trabajo. Para recibir asistencia y para compartir información sobre las acciones que los trabajadores están llevando a cabo en tu planta, contáctanos inmediatamente por medio de autoworkers@wsws.org" autoworkers@wsws.org o en Facebook .
(Publicado originalmente en inglés el 19 de marzo de 2020)