El lunes de Pascua, el primer ministro británico, Boris Johnson, pronunció un discurso desde la nueva sala de prensa de Downing Street, cuyo costo fue de 2,6 millones de libras esterlinas, anunciando el “segundo paso” de la campaña de su gobierno para eliminar todas las medidas de salud pública para combatir la pandemia del coronavirus.

Con las infecciones y muertes por COVID-19 en todo el mundo aumentando a su ritmo más rápido desde el inicio de la pandemia, Johnson anunció: “A partir del lunes 12 de abril, pasaremos a la Fase Dos de nuestra hoja de ruta: reabrir tiendas, gimnasios, zoológicos, campamentos de vacaciones, servicios de cuidado personal como peluquerías y, por supuesto, cervecerías al aire libre y hostelería al aire libre de todo tipo.

“Y el lunes 12 iré al bar yo mismo, y con cautela pero irreversiblemente me llevaré una pinta de cerveza a los labios”.

El discurso de Johnson personificó la idiotez nacionalista de la clase dominante británica y su criminal indiferencia ante el sufrimiento y las muertes a gran escala. Frente a una cifra mundial de muertos de 2,75 millones de personas, incluyendo un millón en Europa y 150.000 en Reino Unido, Johnson describió la eliminación de las restricciones sanitarias por parte de su gobierno como una “hoja de ruta hacia la libertad”, y señaló de paso: “Todavía no sabemos lo fuerte que será el escudo de la vacuna cuando los casos comiencen a aumentar, como me temo que lo harán”.

Una “actualización de la hoja de ruta” publicada por la Oficina del Gabinete describió planes para levantar aún más las restricciones, basándose en la introducción de la “certificación del estado Covid” (descrita en otra parte como pasaportes Covid) para facilitar los viajes no esenciales y “ayudar a que las multitudes regresen a eventos masivos y escenarios cerrados, desde partidos de fútbol hasta obras y la reapertura de discotecas”.

La población se utilizará como conejillos de indias humanos, con una serie de eventos masivos supervisados por el Programa de Investigación de Eventos del gobierno a partir del 15 de abril: “El programa se ejecutará en una variedad de lugares y tipos de actividades, incluyendo el Campeonato Mundial de Snooker en el Crucible de Sheffield y el club nocturno Circus en Liverpool, con el objetivo de admitir a una multitud de hasta 20.000 personas en Wembley para la final de la Copa FA el 15 de mayo”.

Se ha implementado una revisión de distanciamiento social “explorando si las reglas existentes, diseñadas para limitar la transmisión de virus, podrían flexibilizarse en diferentes entornos”, es decir, recortando la regla de más de 1 metro de distanciamiento.

La tercera fase del plan gubernamental de cuatro fases entra en vigor el 17 de mayo, con la reapertura de lugares bajo techo que incluyen bares y restaurantes, hoteles, cines, museos, centros de juegos y clases de ejercicios grupales, y con instalaciones deportivas bajo techo capaces de admitir hasta 1.000 espectadores. Para el 21 de junio, el gobierno planea haber “desbloqueado” por completo, levantando todos los controles sobre reuniones públicas, en interiores y exteriores.

Johnson, el mentiroso en serie, dijo en la rueda de prensa del lunes: “No vemos nada en los datos actuales que nos haga pensar que tendremos que desviarnos de esa hoja de ruta”.

Flanqueado por Chris Whitty, director médico de Inglaterra, y sir Patrick Vallance, asesor científico principal, Johnson ocultó los hallazgos del propio Grupo de Asesoramiento Científico para Emergencias (SAGE, por sus siglas en inglés) del gobierno de que era “muy probable” un aumento de las muertes tras el levantamiento de las restricciones en las fases tres y cuatro de la hoja de ruta del gobierno.

El 31 de marzo, el Grupo científico para Modelos de la Influenza Pandémica de SAGE (SPI-M-O) informó al gobierno: “Es muy probable que haya un nuevo resurgimiento de hospitalizaciones y muertes después de los últimos pasos de la hoja de ruta”.

El informe, basado en modelos proporcionados por la Universidad de Warwick, el Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, advierte que es probable que se produzca un aumento de infecciones en el verano y otoño, y “escenarios con poca reducción de los contagios después de la fase cuatro, o con suposiciones pesimistas pero plausibles de eficacia de la vacuna, puede resultar en un resurgimiento de hospitalizaciones en una escala similar a la de enero de 2021”.

El gobierno conservador aprovechó la distribución de la vacuna en Reino Unido para poner fin al confinamiento, pero el informe del SP-M-O contradice estas decisiones. El modelo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres sugiere que la vacuna AstraZeneca podría reducir el riesgo de infección a nivel nacional en solo un 31 por ciento, concluyendo, “La fase cuatro puede conducir a un aumento mayor de casos y muertes comparable al observado durante la primera ola”.

Un “modelo pesimista” similar al del Imperial College de Londres sugiere que las admisiones hospitalarias podrían alcanzar los niveles máximos observados a principios de este año, basándose en la suposición de que las vacunas reducen por la mitad el riesgo de infección.

De los 31,5 millones de personas que han recibido su primera dosis de la vacuna, solo 5,4 millones han recibido ambas inyecciones. SAGE ya advierte de una desaceleración en la toma de vacunas, pronosticando una caída a 2.7 millones de inyecciones por semana hasta julio, con una cantidad insuficiente de vacunas disponibles para las primeras dosis. “Dado que las fechas de las segundas dosis para las personas mayores de 50 años son en gran parte fijas, este escenario más lento tiene el efecto de reducir la proporción de personas menores de 50 años que están protegidas en el momento de las fases 3 y 4”.

En la conferencia de prensa del lunes, Whitty aludió a la situación en Chile, donde un rápido lanzamiento de vacunas no ha logrado detener el aumento de infecciones: “Queremos hacer las cosas de manera constante porque asumimos que solo porque vacunas a mucha gente, entonces el problema desaparece, creo que Chile es un buen caso correctivo en cuanto a esto”. El veinte por ciento de la población de Chile ha sido completamente vacunada, la segunda más alta del mundo después de Israel, pero las infecciones están aumentando una vez más, con 5.827 nuevos casos reportados ayer, lo que elevó la cifra de muertos en Chile a 23.677.

El capitalismo ha creado un desastre humanitario para la clase obrera en todo el planeta. La política de la clase dominante de “inmunidad colectiva”, que permite que el virus se propague sin control, ha dado lugar a mutaciones de Covid nuevas y potencialmente resistentes a las vacunas. La variante B117 del Reino Unido, que es un 60 por ciento más transmisible, está presente en 125 países, incluyendo la India, donde, según se informa, representa la mayoría de las nuevas infecciones. El Centro Nacional de Control de Enfermedades de la India ha anunciado una nueva variante, un “doble mutante”, identificado en Maharashtra, Delhi y Punyab, que puede inhibir los efectos de las vacunas actuales y, al mismo tiempo, aumentar la capacidad del virus para infectar a su huésped.

Ante el colapso de los hospitales de Europa, América y gran parte de Asia bajo el peso de la pandemia más grave en más de un siglo, Johnson dijo a la prensa que tiene “esperanzas” de que los viajes internacionales puedan “ponerse en marcha” desde la fecha del reinicio más temprano posible de 17 de mayo

En la conferencia de prensa del lunes no solo se exhibió la criminalidad del gobierno conservador, sino de todo el orden capitalista. Los pronunciamientos orwellianos de Johnson sobre una “hoja de ruta irreversible hacia la libertad” han sido respaldados por todos los sectores de los medios de comunicación y la élite política. Ya sea el Partido Laborista de sir Keir Starmer, el Partido Nacional Escocés o el Congreso de Sindicatos, todos están de acuerdo en que se deben poner fin a las medidas de salud pública y reabrir la economía para proteger las ganancias de las corporaciones, los bancos y los superricos.

La única crítica de Starmer al gobierno ha sido alinearse con alrededor de 70 rebeldes conservadores para rechazar los pasaportes de vacunas por ser “antibritánicos” y una amenaza para las libertades civiles. Hay un carácter cínico e irónico en tal postura. Como director de la fiscalía general, Starmer desempeñó un papel clave en la persecución estatal del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y como líder laborista, ha respaldado el ataque de mayor alcance en décadas contra el derecho a la protesta y la reunión, incluyendo las represivas regulaciones de Covid del gobierno.

Starmer, junto con miembros del Socialist Campaign Group del Partido Laborista, incluyendo Jeremy Corbyn y Diane Abbott, condenan los pasaportes de Covid como una forma de tarjeta de identidad. Pero guardan silencio sobre la razón por la que se proponen: para justificar el fin del encierro y el envío de los trabajadores y jóvenes a lugares de trabajo, escuelas, bares, clubes, gimnasios y lugares deportivos inseguros que amenazan la vida de decenas de miles.

Solo la intervención de la clase obrera, uniéndose a través de las fronteras nacionales en una lucha global contra el capitalismo, puede detener la ola de contagios y muertes por COVID-19. Se debe poner fin al control de la oligarquía financiera sobre los vastos recursos de la sociedad y la división del mundo en Estados nacionales rivales, una barrera para la planificación y la cooperación científica. Esto significa la construcción de un liderazgo revolucionario en la clase obrera y el desarrollo de nuevas organizaciones de lucha de masas, incluyendo los comités de base en el lugar de trabajo para luchar por el socialismo.

El Partido Socialista por la Igualdad hace un llamado a los trabajadores y jóvenes que están de acuerdo con esta perspectiva para que asistan al evento de este sábado que se celebra para discutir el desarrollo de una red de comités de acción de base para lugares de trabajo seguros.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 6 de abril de 2021)