El domingo, el Washington Post publicó una investigación de tres partes sobre la insurrección del 6 de enero de 2021 que detalla el complot de meses de Trump para permanecer en el poder sin importar el resultado de las elecciones de 2020.
La primera parte de la serie, llamada “Señales de advertencia”, deja en claro que todo el aparato estatal estaba al tanto de que Donald Trump estaba preparando un intento de golpe de Estado en los días previos al 6 de enero.
La investigación del Post explicó que los oficiales en el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) sabían que el 6 de enero sería un “evento de bajas masivas” y les comunicaron a los hospitales que prepararan provisiones extra de sangre para tratar a los heridos. Las redes paramilitares fascistas alistaron zonas de lanzamiento y planes detallados para llegar al Capitolio. El Post reportó que el 2 de enero, los oficiales del DHS Donell Harvin y Mike Sena organizaron una llamada sobre el aumento de amenazas de violencia con la participación de cientos de oficiales de “centros de fusión” del DHS por todo el país. “Por primera vez, de costa a costa, los centros estaban dando señales en rojo”, reporta el Post. “La hora, fecha y lugar de preocupación eran los mismos. 1 p.m., Capitolio federal, 6 de enero”.
Los oficiales militares de alto rango temían que, al desplegar el ejército, Trump haría un llamado a las bases de soldados y efectivamente dividirían las fuerzas armadas. Los mandos de varios departamentos del Gobierno les dijeron a los empleados y el personal que trabajaran desde casa debido a la posibilidad de violencia. Los líderes del Partido Demócrata consultaron al ejército y la policía en preparación para los eventos del día.
El artículo del Post deja en claro que el plan de Trump casi tuvo éxito en frenar la certificación del voto del Colegio Electoral. Fue organizado por amantes de Hitler como Steven Bannon y Stephen Miller y orquestado por el comandante en jefe desde su centro de mando en el Despacho Oval. La violencia bien planificada que estallaría en el Capitolio federal el 6 de enero hace ver el putsch de Múnich de Hitler como un acontecimiento provincial e improvisado.
En una declaración que acompaña la investigación, la editora ejecutiva del Post, Sally Buzbee, escribió: “La violencia ese día no fue ni un acto espontáneo ni un evento aislado… La insurrección que tuvo lugar el 6 de enero en el Capitolio federal fue uno de los eventos más importantes en la historia estadounidense”.
Pero así no es como el Partido Demócrata y la prensa alineada con los demócratas presentaron el 6 de evento antes de la intentona golpista. Mientras Trump gritaba en televisión sus planes y movilizaba a sus simpatizantes con tuits en mayúscula diciendo, “¡SEIS DE ENERO, NOS VEMOS EN DC!”, la prensa alineada con el Partido Demócrata los descartó como meras bravuconerías. En los días y semanas antes del 6 de enero, el New York Times, el Washington Post y CNN adormecieron a la población, haciendo eco de la afirmación de Biden el 15 de diciembre de que el orden democrático era “resiliente, verdadero y fuerte” y que todo estaría bien si la población “guarda la calma”.
Solo una publicación—el World Socialist Web Site —advirtió de manera clara y consistente sobre el peligro existencial presentado por el complot de Trump y buscó movilizar a la clase obrera en contra de la amenaza de dictadura.
Las advertencias comenzaron meses antes del 6 de enero, pero se volvieron cada vez más urgentes y específicas en la medida en que la estrategia fascista de Trump se llevaba a cabo a lo largo de la campaña electoral y previo a la inauguración de Biden.
El 1 de junio de 2020, cuando Donald Trump desplegó a la policía militar para despejar brutalmente la plaza Lafayette frente a la Casa Blanca, el WSWS escribió que “la historia estadounidense ha llegado a un punto de inflexión. Los esfuerzos de Trump para establecer una dictadura personal con base en un gobierno militar son un producto de la crisis prolongada de la democracia estadounidense bajo el impacto de la desigualdad social extrema y las guerras interminables”.
Durante el debate del 29 de setiembre, Trump le ordenó al grupo fascista Proud Boys que “retrocediera y aguardara” a las elecciones y el periodo posterior. El 1 de octubre, el WSWS publicó una advertencia: “La estrategia política de Trump es bastante obvia y puede resumirse con la fase infame: ‘Grita “¡Devastación!” y suelta a los perros de la guerra’”.
Cuando Trump dio positivo al COVID-19 y fue llevado en un vuelo para recibir tratamiento en el hospital Walter Reed, el WSWS escribió: “La decisión de Trump de regresar a la Casa Blanca del centro médico Walter Reed la noche del lunes estuvo motivada claramente por preocupaciones profundas sobre el impacto de su enfermedad en su posición y conspiraciones políticas”.
Pocos días después, los partidarios de Trump fueron arrestados por conspirar para secuestrar y asesinar a la gobernadora demócrata de Míchigan, Gretchen Whitmer. El WSWS escribió que el complot “elimina cualquier duda del significado de la negativa de Donald Trump a comprometerse a ‘una transición pacífica’. El presidente estadounidense está evidentemente implicado en palabra y hecho en un complot de gran alcance y violento para anular el resultado de las elecciones del 3 de noviembre”.
Entre la elección y fines de diciembre, el WSWS publicó muchos artículos advirtiendo sobre la estrategia pseudolegal de Trump para invalidar votos y utiliza los tribunales para posponer el traspaso de poderes. Trump comenzó a concentrarse en el 6 de enero. El WSWS escribió el 28 de diciembre:
El 6 de enero el Congreso tiene programado contar formalmente el voto del Colegio Electoral, que Biden ganó 306 a 232, y certificar su elección como presidente de Estados Unidos. Trump ha llamado a sus partidarios republicanos en la Cámara de Representantes y el Senado a que descarrilen este proceso, mientras moviliza a sus simpatizantes ultraderechistas a que tomen las calles de Washington el mismo día. “Gran protesta en DC el 6 de enero. ¡Vayan va a ser una locura!”, tuiteó, evocando la posibilidad de violencia.
El 5 de enero, el WSWS advirtió que los esfuerzos del Partido Demócrata para restarle importancia a los preparativos golpistas del 6 de enero estaban facilitando el golpe de Estado:
El mensaje de los dirigentes demócratas es de completa complacencia. Un alto suplente de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el líder de la bancada demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, dijo en una rueda de prensa el lunes por la mañana que no había leído el transcripto de la llamada telefónica de Trump con los oficiales electorales de Georgia. Cuando le preguntaron si Trump había perpetrado un crimen por el cual debía rendir cuentas, Jeffries respondió, “No estamos viendo atrás. Estamos viendo al frente hacia la inauguración de Joe Biden el 20 de enero”. Los demócratas están minimizando sistemáticamente la amenaza a los derechos democráticos representada por los esfuerzos golpistas continuos de Trump y su incitación de fuerzas fascistas.
La mañana del 6 de enero, el WSWS escribió que la certificación del voto del Colegio Electoral no era apenas un tecnicismo legal:
El Congreso federal se reúne hoy para contar formalmente los votos del Colegio Electoral en la elección presidencial de 2020. En condiciones normales, este proceso es una formalidad. Sin embargo, el voto de hoy se produce en condiciones de un intento activo y continuo del presidente Donald Trump para llevar a cabo un golpe de Estado, anular los resultados de la elección y establecer una dictadura presidencial.
El 7 de enero, el presidente del Consejo Editorial Internacional del WSWS, David North, escribió una declaración intitulada “El golpe fascista del 6 de enero”, en la cual declaró:
La insurrección fascista en Washington DC —que resultó en una invasión del Congreso de EE.UU., la huida en pánico de senadores y diputados aterrorizados, la postergación de la validación oficial de la mayoría de Joseph Biden en el Colegio Electoral e incluso la ocupación de la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi— es un punto de inflexión en la historia política estadounidense.
Las glorificaciones antiguas de la invencibilidad y la puntualidad de la democracia estadounidense han quedado totalmente expuestas y desacreditadas como un mito político vacío. La frase popular “No puede ocurrir aquí”, tomada del título de la justificadamente famosa ficción escrita por Sinclair Lewis del auge del fascismo estadounidense, ha sido decididamente superada por los acontecimientos. No solo puede ocurrir un golpe de Estado fascista aquí. Ocurrió aquí la tarde del 6 de enero de 2021.
El registro político del World Socialist Web Site en exponer y oponerse al golpe de Estado de Trump no tiene comparación. Y, frente a la censura y la supresión de acceso por parte de corporaciones que operan como actores estatales como Google, Facebook y Twitter, el WSWS ha dedicado los últimos 10 meses a reportar exhaustivamente el encubrimiento bipartidista y a luchar por el entendimiento más amplio posible en la clase obrera sobre el peligro continuo presentado por Trump y sus asesores fascistas.
La prensa “de referencia” ya superó la historia del Post. Los medios corporativos si acaso mencionaron los resultados de su investigación.
El Wall Street Journal le permite a Trump divulgar sus mentiras fascistas sobre fraude electoral en sus páginas de opinión y, el 29 de octubre, el New York Times incluso le dio espacio al líder golpista del Senado, Josh Hawley, para que recuperara su reputación en la alta sociedad con un artículo de política sobre las cadenas de suministro, que el editor de opinión del Times dijo que “esperaba que los lectores del Times hallaran útil”. La revista Jacobin, que apoya el Partido Demócrata, ha desempeñado un papel similar, publicando múltiples artículos minimizando los eventos del 6 de enero. El 26 de enero, publicó un artículo burlándose de aquellos que calificaron de insurrección los eventos de ese mes: “Las hipérboles fluyeron según el sendero de lágrimas se convirtió en una marea”. El 6 de enero no fue más que “un bizarro teatro de lo absurdo”.
Mientras tanto, Trump y sus asesores fascistas siguen libres para complotar sus siguientes pasos. El World Socialist Web Site seguirá exponiendo sus planes fascistas y movilizando a la clase obrera contra la amenaza de una dictadura.
(Publicado originalmente en inglés el 1 de noviembre de 2021)