El naufragio de un pesquero repleto de refugiados a 50 millas al suroeste de la ciudad griega de Pylos es probablemente la peor pérdida de vidas de migrantes en el país.

En junio de 2016, al menos 320 personas murieron o desaparecieron tras el naufragio de una embarcación cerca de Creta, la isla más grande de Grecia. Las autoridades han recuperado hasta ahora 78 cadáveres de la última tragedia, pero los informes sugieren que entre 500 y 750 personas iban a bordo y solo se han encontrado 104 supervivientes más de 24 horas después.

El barco se hundió en la madrugada del miércoles en una de las zonas más profundas del Mediterráneo y hay pocas esperanzas de encontrar a nadie más con vida. El almirante retirado de la guardia costera griega Nikos Spanos declaró a la radiotelevisión pública griega ERT: 'Las posibilidades de encontrar a más personas con vida son mínimas', y describió el tipo de viejo barco pesquero utilizado para la travesía como 'en absoluto apto para navegar. En pocas palabras, son ataúdes flotantes'.

La gente del barco afirma que muchas personas, entre ellas mujeres y niños, estaban en la bodega bajo cubierta cuando el barco se hundió. Uno dijo a un médico: 'Hay unos 100 niños en la bodega'. La Organización Internacional para las Migraciones ha declarado que había al menos 40 niños a bordo; sólo ocho fueron rescatados.

Los supervivientes están traumatizados y algunos gravemente enfermos. Treinta fueron trasladados al hospital para ser tratados de neumonía y agotamiento. Erasmia Roumana, funcionaria de las Naciones Unidas para los refugiados, declaró a ERT: 'La gente está en estado de shock', ya que han viajado con familiares o amigos que ahora están muertos o desaparecidos.

'Estamos hablando de hombres jóvenes, en su mayoría, que se encuentran en un estado de enorme shock psicológico y agotamiento. Algunos se desmayaron al bajar de las pasarelas de los barcos que los trajeron aquí'.

Un rescatador griego declaró a CNN: 'Estas personas llevaban muchos días sin comer, sin beber agua, quemadas por el sol'.

Muchos se enfrentan ahora a la deportación. El ministro griego de Migración en funciones, Daniel Esdras, dijo que serían llevados a un campo de migrantes para examinar sus solicitudes de asilo, y que los que no tuvieran una solicitud 'válida' serían devueltos.

Los guardacostas griegos y los funcionarios de fronteras que vigilan sin piedad las fronteras de la Fortaleza Europa, empleando tácticas asesinas de 'expulsión' y abandonando en el mar a personas en apuros, intentan culpar a los propios migrantes o a quienes los transportan.

El portavoz de los guardacostas, Nikos Alexiou, declaró a Skai TV: 'Era un pesquero repleto de personas que rechazaron nuestra ayuda porque querían ir a Italia. Nos quedamos a su lado por si necesitaban nuestra ayuda, que habían rechazado'.

Dado el historial del gobierno griego, no hay motivos para creer que las ofertas de ayuda se hicieran en serio, y mucho menos que se rechazaran. Las fotos tomadas por las autoridades griegas desde el aire durante la jornada del martes muestran a los migrantes en cubierta con los brazos extendidos hacia el avión.

Pero si la versión oficial es cierta, pone de manifiesto la atroz brutalidad del gobierno griego contra los migrantes, que ha llevado a cientos de personas a arriesgarse a pasar más horas en el mar para llegar a las costas de Italia, un país gobernado por el partido de los Hermanos del demagogo fascista Georgia Meloni, donde recientemente se ha detenido a cinco policías acusados de tortura y lesiones corporales contra migrantes.

Independientemente de las declaraciones de los contrabandistas responsables o de las decisiones tomadas por migrantes en circunstancias desesperadas y temerosos de las autoridades griegas, el hecho de que el barco estuviera claramente en grave peligro no cambia nada. La ONG de ayuda a los refugiados Alarm Phone condenó a las autoridades griegas y europeas por no haber actuado a pesar de ser 'perfectamente conscientes de que se trataba de una embarcación abarrotada y en peligro'.

El funcionario de Naciones Unidas Vincent Cochetel comentó: 'Este barco no estaba en condiciones de navegar y, digan lo que digan algunas personas a bordo, la noción de peligro no se puede discutir'.

Sin embargo, no se hizo ningún intento de anticiparse a la catástrofe desplegando los aviones, barcos, equipos y material necesarios para una rápida operación de rescate: los seis barcos guardacostas, la fragata de la marina, el avión de transporte militar, el helicóptero de la fuerza aérea, los múltiples barcos privados y el avión no tripulado que ahora se dice que participan en la operación de rescate.

Está claro que las autoridades esperaban que el barco pasara a la zona de responsabilidad de Italia, donde podrían lavarse las manos de cualquier tragedia que se produjera a continuación y de cualquier cuidado de los seres humanos a bordo.

En cambio, en el rescate desempeñaron un papel importante el yate de lujo Mayan Queen IV, de 93 metros de eslora, y otras dos embarcaciones. El yate es propiedad de una familia mexicana que ha ganado miles de millones con la minería de la plata, produciendo algunas de las imágenes más chocantes de desigualdad social imaginables. El yate está valorado en 175 millones de dólares, con unos gastos anuales de funcionamiento de entre 15 y 20 millones de dólares.

Cochetel insistió: 'Es necesario un régimen [de búsqueda y salvamento] sólido y predecible dirigido por los Estados en el Mediterráneo central si queremos evitar que se repitan tragedias como ésta'. Grecia y la Unión Europea están haciendo lo contrario, utilizando la patrulla fronteriza de la UE Frontex y los acuerdos con Turquía y los regímenes norteafricanos para dificultar y hacer la travesía lo más peligrosa posible, con la excusa de tomar medidas enérgicas contra los 'delincuentes' y los 'contrabandistas'.

Ylva Johansson, Comisaria de Asuntos de Interior de la UE, utilizó grotescamente esta última tragedia para impulsar la agenda que contribuyó a ella, declarando: 'Tenemos el deber moral de desmantelar las redes criminales... Con los Estados miembros y terceros países, debemos redoblar los esfuerzos para luchar contra estos contrabandistas moralmente arruinados'.

En una reunión celebrada en Luxemburgo la semana pasada, la UE acordó una nueva política común antimigrantes para denegar derechos legales a los solicitantes de asilo, garantizar su internamiento en campos en las fronteras europeas y acelerar su deportación a los llamados 'terceros países seguros'. Entre ellos destacan Libia y Túnez, países que visitaron a principios de mes la Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, Meloni y el Primer Ministro holandés, Mark Rutte.

Pocos días antes, el gobierno libio había iniciado una represión masiva contra los migrantes, deteniendo a miles de personas —principalmente egipcios, pero también sirios, sudaneses y pakistaníes— para deportarlas.

Un informe de la ONU sobre una misión de investigación en Libia publicado este mes de abril concluía que 'se cometieron crímenes contra la humanidad contra migrantes en lugares de detención bajo el control real o nominal de la Dirección de Lucha contra la Migración Ilegal de Libia, la Guardia Costera libia y el Aparato de Apoyo a la Estabilidad. Estas entidades recibieron apoyo técnico, logístico y monetario de la Unión Europea y sus Estados miembros para, entre otras cosas, la interceptación y devolución de migrantes.'

El gobierno libio también había llevado a cabo recientemente ataques con drones en las ciudades portuarias de Zawiya y Zuwara, dirigidos contra 'traficantes de personas' y 'destruyendo 'siete embarcaciones de contrabando de migrantes', afirmaba.

Alarm Phone anunció al mismo tiempo que había 'recibido informes de que fuerzas tunecinas enmascaradas están golpeando violentamente a migrantes tras interceptarlos en el mar'. Un testigo informó: Están utilizando palos y descargas eléctricas. La gente grita pidiendo ayuda''.

El infierno en la tierra para los refugiados que están creando las potencias europeas está provocando viajes cada vez más desesperados. Más de 1.000 personas han muerto o desaparecido en el Mediterráneo ya este año, un tercio más que el año pasado y tras el trimestre más mortífero desde 2017.

(Publicado originalmente en inglés el 15 de junio de 2023)