CNN Business ha nombrado al presidente de United Auto Workers, Shawn Fain, 'líder sindical del año' 2023. El canal de noticias por cable concedió el honor al presidente del UAW por 'el éxito de los contratos' que cubren a 145.000 trabajadores de GM, Ford y Stellantis el año pasado, según un artículo del 27 de diciembre, titulado 'Shawn Fain, líder laboral del año de CNN Business, planea mantener a los fabricantes de automóviles sudando'.

El artículo, escrito por Chris Isidore, redactor jefe de CNN Business, pone la realidad patas arriba al presentar los contratos del UAW y acuerdos similares en UPS y en la industria del cine y la televisión como puntos de inflexión históricos para unos trabajadores que han sufrido décadas de concesiones respaldadas por los sindicatos y de caída de los salarios reales. Forma parte del esfuerzo continuado de los medios de comunicación por apuntalar a la desacreditada burocracia sindical, incluyendo artículos en el Wall Street Journal ('Para los sindicatos, 2023 fue el año de la huelga y de las grandes victorias') y en el New Republic ('Héroe del año: Shawn Fain').

Isidore escribe: 'CNN Business lleva muchos años nombrando a un 'CEO del año', pero el éxito de este año de los sindicatos que han conseguido importantes aumentos salariales, a menudo con huelgas de gran repercusión, apuntaba a la necesidad de contar también con un líder sindical del año'.

Afirma que la elección de Fain fue difícil porque 'vimos numerosos candidatos entre los que elegir', citando al presidente de los Teamsters, Sean O'Brien, a la presidenta de SAG-AFTRA, Fran Drescher, a Ted Pappageorge (negociador jefe del sindicato de trabajadores culinarios de Las Vegas) y a los líderes de la coalición de sindicatos de Kaiser Permanente por haber conseguido supuestamente contratos 'récord'.

Pero Fain se elevó por encima de sus compañeros al negociar un acuerdo que incluía un aumento del 25% en los próximos cuatro años y medio, el restablecimiento de los ajustes por coste de la vida y, según Isidore, 'el fin de los niveles salariales más bajos y la conversión de los trabajadores temporales peor pagados en empleados fijos'. Sobre todo, dice, Fain ganó 'la oportunidad de que estos contratos cubran eventualmente a los trabajadores que construirán baterías para vehículos eléctricos, o EVs, en las plantas ahora en construcción'.

Art Wheaton, director de estudios laborales de la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell, declaró a CNN: 'Me pareció un grand slam. Consiguieron aumentos masivos para los nuevos trabajadores. Para la mano de obra existente fue extremadamente bueno, mejor de lo que hubiera imaginado'.

Durante la lucha por el contrato, el WSWS desenmascaró estas afirmaciones optimistas como mentiras.

Los aumentos salariales y la inadecuada fórmula COLA de los contratos del UAW apenas superan el aumento del 22% de la inflación desde el último contrato del UAW en 2019, por no mencionar el aumento de los gastos de subsistencia y los tipos de interés a los que se enfrentarán los trabajadores del automóvil antes de que finalice el contrato en abril de 2028. No se ha puesto fin al odiado sistema de dos niveles, y el periodo necesario para alcanzar el salario máximo sólo se ha reducido de ocho a tres años. Además existen numerosas lagunas que permiten a las empresas eludir las promesas de convertir a los trabajadores a tiempo parcial en empleados a tiempo completo.

Por último, aunque el UAW consiguió su objetivo de introducirse en las fábricas de baterías para vehículos eléctricos, esto sólo significa que los trabajadores tendrán que pagar cuotas a la burocracia del UAW por el privilegio de trabajar en peligrosos talleres clandestinos a cambio de salarios y prestaciones inferiores a la media.

Pocas semanas después de la ratificación del contrato de la UAW, Stellantis anunció que iba a suprimir casi 4.000 puestos de trabajo en Toledo y Detroit, incluidos miles de trabajadores temporales a tiempo parcial que, según Fain, pasarían a ocupar puestos a tiempo completo. Esto subraya el hecho de que el nuevo contrato del UAW allana el camino para una masacre de puestos de trabajo a medida que los fabricantes de automóviles se convierten a la producción de vehículos eléctricos y participan en lo que el jefe de Stellantis, Carlos Tavares, llama una 'lucha darwiniana' que implicará salvajes recortes de empleos y salarios.

Los 'objetivos perdidos' del UAW

Isidore apenas intenta cuadrar su fantasía sobre los contratos con la oposición masiva que encontraron por parte de las bases. 'Casi un tercio de los miembros de Ford y Stellantis votaron en contra de la ratificación de los acuerdos, y el 45% de los miembros de GM votaron en contra', admite. Según él, esto se debe a que 'el UAW incumplió algunos objetivos', como el retorno de la cobertura sanitaria para jubilados y un plan de pensiones tradicional para los trabajadores contratados desde 2007', a los que la burocracia, con el apoyo de Fain, renunció en 2009. El UAW también abandonó las demandas de los trabajadores de reducir la agotadora semana laboral a 32 horas sin pérdida de salario.

Isidore se apoya en el doble lenguaje de Fain para explicar la oposición generalizada de los trabajadores a los acuerdos del UAW. 'Estoy orgulloso de los resultados', afirma Fain en el artículo, antes de añadir sin sentido: 'Creo que es un testimonio para las empresas de que comprenden mejor que los trabajadores tienen grandes expectativas y que están cansados de ver cómo las empresas obtienen miles y miles de millones de beneficios a costa de sus vidas'.

Al igual que Fain, el resto de los candidatos de CNN Business a 'líderes sindicales del año' negociaron contratos que allanan el camino a recortes masivos de puestos de trabajo, que compensarán con creces cualquier magro aumento salarial. Esto incluye cientos de recortes de puestos de trabajo en las instalaciones de UPS en Kentucky, Oregón e Indiana, el próximo despido de 1.000 trabajadores en Paramount Global y los informes de que más de uno de cada cuatro actores no han sido llamados de nuevo tras la liquidación de la huelga de 118 días de SAG-AFTRA.

Si los escritores de CNN Business fueran honestos, dirían que Fain y el resto de la burocracia laboral están siendo honrados por los medios controlados por las corporaciones por los servicios que han prestado a la clase dominante estadounidense. Pero hay enormes intereses económicos y políticos en perpetuar el mito sobre el renacido 'movimiento obrero estadounidense'.

Esto lo entiende ciertamente el gobierno de Biden, que ha tratado de integrar el aparato sindical a sus planes de guerra imperialista en el extranjero y de supresión de la oposición social en casa. Desde el estallido de la guerra de EE.UU. y la OTAN contra Rusia en Ucrania, Biden ha utilizado a los sindicatos para bloquear las huelgas en las refinerías de petróleo, los muelles, los ferrocarriles, UPS y otras industrias críticas. Durante la lucha por los contratos del sector automovilístico, los funcionarios de la Casa Blanca han estado en comunicación diaria con la administración Fain, que también ha impedido huelgas de miembros del UAW en General Dynamics y Allison Transmission que podrían perturbar la maquinaria bélica estadounidense e israelí.

En 2023, hubo 36 huelgas importantes en Estados Unidos en las que participaron 1.000 trabajadores o más, frente a las 23 de 2022, según la Oficina de Estadísticas Laborales. Un rastreador mantenido por la Escuela de Relaciones Industriales y Laborales de la Universidad de Cornell informa que hubo 421 huelgas de todos los tamaños, involucrando a 508.000 trabajadores en 2023, más del doble de los 224.000 registrados en huelga el año anterior. En octubre de 2023 se perdieron 4,5 millones de días de trabajo debido a paros, la cifra más alta de todos los meses en cuatro décadas.

Pero el número y el alcance de estas huelgas habrían sido mucho mayores de no ser por el sabotaje de la burocracia sindical, que no teme otra cosa que la fusión de la creciente oleada huelguística en Estados Unidos y a escala internacional con las protestas masivas contra el genocidio israelí en Gaza respaldado por Estados Unidos.

Hay una gran cantidad de ilusiones en los esfuerzos de los medios de comunicación por apuntalar a la burocracia del UAW. La venta de la lucha automotriz de 2023 ha desacreditado profundamente a la administración de Fain, que se instaló con menos del 10% de los votos de los miembros en una elección falsa sancionada por el Departamento de Trabajo de Biden. La traición del UAW también ha desenmascarado aún más a los pseudoizquierdistas Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA), que constituyen una parte significativa de la administración de Fain.

A lo largo de la lucha automovilística del año pasado, cada vez más trabajadores se unieron a la creciente red de comités de base en las fábricas, que fue la oposición más consciente a la venta del UAW. Estos comités, que luchan por transferir el poder del aparato del UAW a los trabajadores a pie de fábrica, deben ampliarse ahora para liderar la lucha contra los recortes de empleo, la propagación del COVID-19 en las fábricas y otras luchas.

La rabia social alimentada por el aumento del coste de la vida, la desigualdad económica, la explotación capitalista, el sacrificio de millones de personas por el beneficio empresarial durante la pandemia y los esfuerzos por hacer que la clase trabajadora pague los costes de las guerras de conquista global del imperialismo estadounidense no hará sino intensificarse en 2024. La lucha puede y debe unirse a través de las fronteras nacionales mediante la construcción de la Alianza Internacional Obrera de los Comités de Base (AIO-CB).

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de enero de 2024)