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Perspectiva

Los demócratas y republicanos son los facilitadores estadounidenses de la embestida israelí en Rafah

De izquierda a derecha, el presidente Joe Biden, el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson, republicano de Luisiana, el líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Steve Scalise, republicano de Luisiana, el líder de la minoría de la Cámara de Representantes Hakeem Jeffries, demócrata de Nueva York, y la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, demócrata de California, en el Capitolio en Washington, el martes 7 de mayo de 2024. [AP Photo]

La semana arrancó con una intensificación de la campaña genocida israelí contra la población de Gaza, tanto en Rafah, que representa la última parte del enclave que no ha sido ocupada, como en el resto de la Franja de Gaza.

Está en marcha una catástrofe monumental en el sur de Gaza. Durante el fin de semana, más de 300.000 palestinos fueron obligados a escapar de Rafah ante el inicio de la última ofensiva de las Fuerzas de Defensa de Israel en el sur de Gaza, que implicó el bombardeo de barrios y el despliegue de tropas y tanques. Las FDI están empujándolos hacia el área de Mawasi, la esquina al extremo suroeste del territorio, donde se encontrarán rodeados por las fuerzas israelíes, la frontera de Egipto y el mar Mediterráneo. Efectivamente estarán confinados a una prisión al aire libre, sin ningún refugio, suministro de alimento y agua, ni protección de las bombas y misiles israelíes.

El domingo, los tanques israelíes volvieron a entrar en el campo de refugiados de Jabalia, en el norte de Gaza, con una población anterior a la guerra de más de 100.000 personas, alegando que el partido gobernante palestino Hamás está reconstruyendo allí su red política y militar. Los funcionarios gazatíes afirmaron que no se estaban prestando servicios médicos ni ayuda humanitaria en toda la mitad norte de Gaza, que incluye la ciudad de Gaza y Jabalia. Los funcionarios humanitarios de Naciones Unidas afirmaron que existe una hambruna aguda en toda esa región. Los medios de comunicación afirman que hasta 200.000 personas huyen de los combates en el norte.

Las potencias imperialistas del eje de Estados Unidos y la OTAN, sobre todo la Administración de Biden, son plenamente culpables de esta última etapa del genocidio de Gaza, el cual se ha extendido ya siete meses.

Biden se dedica actualmente a fingir para desactivar la oposición masiva entre los estudiantes y los trabajadores al genocidio israelí. Pero sus “críticas” cínicas e insinceras no han tenido el menor efecto en las operaciones militares israelíes, ni se pretende que esa sea la intención.

Mientras varios demócratas expresaban su preocupación por la catástrofe humanitaria de Gaza, el senador republicano Lindsey Graham resumió la esencia de la política estadounidense en la región.

En su intervención en el programa “Meet the Press” de la NBC, Graham denunció las insinuaciones de su entrevistadora, Kristen Welker, de que Biden solo había retenido las armas más grandes, como las bombas de 2.000 libras, que causarían la muerte de miles de civiles si se utilizaran en un espacio congestionado como Rafah. Por qué no podía Israel lograr su propósito con armas de precisión y matar a menos gente, preguntó Welker.

Graham respondió:

Bueno, creo que es imposible mitigar las muertes de civiles en Gaza mientras Hamás utilice a su propia población como escudos humanos... Escucha, esto es lo que yo diría sobre luchar contra un enemigo que quiere matarte a ti y a tu familia. ¿Por qué lanzamos dos bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki? Para poner fin a una guerra que no podíamos permitirnos perder... cuando nos enfrentamos a nuestra destrucción como nación después de Pearl Harbor, luchando contra los alemanes y los japoneses, decidimos poner fin a la guerra bombardeando Hiroshima y Nagasaki con armas nucleares. Esa fue la decisión correcta. Demos a Israel las bombas que necesita para poner fin a la guerra que no puede permitirse perder y trabajemos con ellos para minimizar las bajas.

En realidad, el lanzamiento de las bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki por parte de la Administración de Truman no fue necesario para “poner fin a una guerra”. Más bien pretendía demostrar que el imperialismo estadounidense estaba dispuesto y era capaz de utilizar armas nucleares y masacrar a decenas de miles de civiles inocentes para asegurar su dominación mundial.

Graham, haciéndose eco de declaraciones similares del congresista Tim Walberg hace cinco semanas, aboga por una política de asesinatos en masa: los palestinos que permanecen en Gaza deben ser simplemente asesinados.

Lo que los medios de comunicación presentan como un conflicto importante dentro del establishment político estadounidense implica, como mucho, consideraciones tácticas. La administración Biden sigue armando y defendiendo a Israel mientras éste intensifica su asalto genocida a Rafah. Los demócratas y los republicanos se unieron el mes pasado para aprobar casi 100.000 millones de dólares en financiación adicional para las guerras de Ucrania y Gaza y la preparación de la guerra contra China. Y están unidos en su represión de las protestas contra el genocidio dentro de Estados Unidos.

Un papel especialmente cínico lo desempeñan figuras como el senador Bernie Sanders, quien también apareció en “Meet the Press”. Dijo a Welker que estaba a favor de cortar la ayuda militar estadounidense a Israel.

Sanders, sin embargo, no dijo nada sobre Biden y el papel de Estados Unidos como principal facilitador del genocidio en Gaza. La omisión es deliberada. Sanders es uno de los principales defensores y sustitutos de Biden en la campaña electoral, presentando su reelección como esencial para preservar la democracia estadounidense.

Cuando Welker le preguntó sobre su comentario a principios de la semana de que existía el peligro de que Gaza se convirtiera en el Vietnam de Biden, Sanders respondió: “Lo que me preocupa es que esta guerra en Gaza no solo se enfrenta a la firme oposición de los jóvenes, sino de un montón de gente de la base demócrata”.

No podría estar más claro. Sanders ha cambiado su posición pública, pronunciando algunas críticas a la guerra, para proteger la campaña de reelección de Biden y desviar la oposición popular masiva al genocidio de Gaza hacia un callejón sin salida.

En un vídeo publicado la semana pasada, el candidato presidencial del Partido Socialista por la Igualdad, Joseph Kishore, declaró: “En las elecciones presidenciales de 2024, no tiene sentido hablar de un ‘mal menor’ en el conflicto entre Biden y Trump, los demócratas y los republicanos”.

Esta es una conclusión política que deben sacar los trabajadores y los jóvenes que se oponen al genocidio en Gaza. La cuestión crítica es la intervención independiente de la clase obrera en la lucha contra el genocidio, la guerra imperialista y el sistema de lucro capitalista.

El World Socialist Web Site hace un llamamiento a enfrentar la escalada del genocidio en Gaza con una escalada de protestas masivas en todo el mundo. Los trabajadores deben asumir la lucha contra el genocidio, que se lleva a cabo en interés de la misma clase dominante que los explota, a través de huelgas y otras formas de protesta para detener el envío de armas y otros bienes utilizados por Israel para llevar a cabo su ataque contra Rafah.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de mayo de 2024)

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