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Perspectiva

La Convención Nacional Republicana comienza: un carnaval de demagogos fascistizantes

La Convención Nacional Republicana arrancó en Milwaukee, Wisconsin, el lunes, dos días después del intento de asesinato del expresidente Donald Trump. El evento fue un carnaval fascista que manifiesta todo lo reaccionario y atrasado de la clase gobernante estadounidense. 

El candidato republicano a la presidencia, el ex presidente Donald Trump, el candidato republicano a la vicepresidencia, el senador JD Vance, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, asisten al primer día de la Convención Nacional Republicana, el lunes 15 de julio de 2024 en Milwaukee. [AP Photo/Evan Vucci]

Hace exactamente 60 años, en julio de 1964, el Partido Republicano nominó al senador Barry Goldwater. El alboroto derechista en el lugar, apropiadamente llamado del “Palacio de las Vacas”, repelió a gran parte del país y condujo a la derrota contundente de Goldwater en los comicios de noviembre. Pero el Palacio de las Vacas fue un gran modelo de corrección política comparado al chiquero en Milwaukee que nominó formalmente a Trump en su primer día. 

La apertura de la convención fue precedida por el anuncio el lunes por la tarde de que Trump había seleccionado al senador de Ohio, J.D. Vance, como su compañero de fórmula. 

Vance encarna la fusión de pseudopopulismo fascistizante y los oligarcas de Silicon Valley. Acaparó millones de dólares como inversor de capital de riesgo en la firma Mithril Capital Managemente de Silicon Valley, fundada por el exjefe de PayPal, Peter Thiel. 

Vance es autor de Hillbilly Elegy—una autobiografía egoísta sobre su transformación de pobre a rico que celebra el espíritu capitalista del individualismo y la libre empresa. Su filosofía social se resume por la declaración de que la pobreza es una condición “que no la crean ni los Gobiernos, ni las empresas ni nadie más”. La pobreza es culpa de los pobres. 

Políticamente, Vance se transformó de un crítico republicano de Trump en 2016 (cuando se refirió correctamente a Trump como un posible “Hitler americano”) a su defensor faldero. Apoyó el golpe de Estado fascistizante de Trump del 6 de enero de 2021 y ha recaudado fondos para los fascistas que fueron arrestados como parte de la insurrección. También estuvo entre los que respondieron al intento de asesinato de Trump en un mitin en Pensilvania el fin de semana declarando al Partido Demócrata responsable. 

Vance fue fuertemente promovido como candidato a la vicepresidencia por destacados fascistas del Partido Republicano, como el exasesor de Trump de Trump, Steven Bannon, el fundador de Turning Point USA, Charlie Kirk, y el expresentador de Fox News, Tucker Carlson.

La elección de Vance marca el tono de la convención republicana. Se reservó un lugar destacado a la representante Marjorie Taylor Greene, que despotricó contra los inmigrantes y los “globalistas” (palabra clave para referirse a los judíos). El discurso principal lo pronunció Kirk, un fundamentalista cristiano, antisemita, racista y promotor de la fascistoide “teoría del gran reemplazo”. Ha calificado la separación de Iglesia y Estado de “invento” que no existe en la Constitución.

La asamblea de fascistas y demagogos fingió ser defensora del “pueblo trabajador” a manera de aprovechar el disgusto popular con las políticas del Partido Demócrata. El primer día concluyó con la aparición de Trump, con una venda en la oreja herida, que fue presentado como la personificación de la gloria del Dios cristiano y de la “divina providencia”.

La convención y la elección de Vance son la respuesta de Trump a las homilías y llamamientos a la “unidad” de los demócratas tras el ataque. Como siempre, los republicanos reaccionan a la cobardía de los demócratas dándoles una patada en los dientes.

Los intentos de acomodo de los demócratas continuaron el lunes. La vicepresidenta Kamala Harris llamó personalmente a Vance para felicitarlo por su selección, según Politico, y para expresar “su esperanza de que ambos puedan encontrarse en el debate vicepresidencial propuesto por CBS News”.

La respuesta inmediata de los demócratas al intento de asesinato ha sido paralizar su campaña presidencial. Biden ha suspendido indefinidamente los anuncios que atacan a Trump, en línea con su petición del domingo por la noche de “bajar la temperatura de nuestra política”.

Ahora que la campaña de Biden adquiere el carácter de una vigilia, los sectores de la clase dirigente estadounidense que respaldan al Partido Demócrata se reconcilian con la probabilidad de una segunda presidencia de Trump. La señal la dio un editorial del Washington Post, publicado el lunes bajo el titular “Apaguen la calefacción, dejen entrar la luz”.

El Post se esmera en elogiar la respuesta del propio Trump al intento de asesinato. “Lo más importante, incluso durante una extraordinaria conversación con el presidente Biden”, escriben los editores, “[Trump] hizo un llamamiento a la unidad nacional”. Inmediatamente después de este evento traumático, las palabras de Trump tendieron a apaciguar en lugar de inflamar, incluso si algunos de sus aliados y asesores lamentablemente se entregaron al impulso opuesto”.

El Post llegó a declarar que “este roce con la mortalidad individual y la calamidad nacional es una oportunidad no buscada, pero de oro, para que Trump ayude a enfriar el fervor político de la nación y fije una nueva dirección”.

Si el Post realmente cree en estos deseos piadosos, está delirando. Hitler sobrevivió a muchos intentos de asesinato, pero no hay pruebas de que esas experiencias inspiraran ánimos humanitarios.

Pero la preocupación principal de los demócratas por la que buscan “unidad” con Trump no es su política fascista, sino su política exterior, y en particular la guerra de Estados Unidos y la OTAN contra Rusia en Ucrania. Entre bastidores, hay discusiones en curso entre los líderes demócratas y republicanos para garantizar que la escalada de la guerra continúe en caso de que cambie el presidente.

Significativamente, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, un títere de las potencias de la OTAN, declaró en una conferencia de prensa durante el fin de semana: “Creo que si Donald Trump se convierte en presidente, trabajaremos juntos. No me preocupa”.

Trump no es una aberración. Como señaló el World Socialist Web Site cuando asumió el cargo por primera vez en 2016, Trump no es un intruso en el Jardín del Edén de la democracia estadounidense. El giro de la clase dominante hacia el fascismo y la dictadura es la expresión política de la escalada de la guerra mundial y el crecimiento extremo de la desigualdad social.

Las elecciones de 2024 son una contienda entre el Partido Demócrata, que está implicado totalmente en el genocidio en Gaza y en la escalada de la guerra contra Rusia hasta el punto de una confrontación nuclear, y el Partido Republicano, que está resucitando una nueva versión del fascismo estadounidense. Además, como dejan claro los llamamientos a la “unidad”, las diferencias entre los dos partidos son de carácter totalmente táctico. Son diferentes expresiones de los intereses de una élite capitalista gobernante completamente podrida.

El futuro de la democracia en Estados Unidos y a escala internacional está totalmente ligado al desarrollo de un movimiento de la clase obrera contra la oligarquía empresarial y financiera y el sistema de lucro capitalista. 

(Artículo publicado originalmente en inglés el 15 de julio de 2024)

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