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Biden y Harris piden una escalada del genocidio en Gaza tras la muerte de seis rehenes israelíes

La élite política estadounidense respondió el sábado a la muerte de seis rehenes israelíes en Gaza con exigencias de que se intensifique el genocidio contra los palestinos y se amplíe la guerra en Oriente Próximo. Después de que el ejército israelí confirmara que los seis cadáveres recuperados de un túnel en Rafah eran rehenes, el presidente Biden emitió una declaración diciendo: “No se equivoquen. Los dirigentes de Hamás pagarán por estos crímenes”.

La vicepresidenta y candidata a la presidencia por el Partido Demócrata, Kamala Harris, emitió su propia declaración desde la Casa Blanca. Ella dijo: “Hamás es una organización terrorista malvada” que tiene “aún más sangre estadounidense en sus manos”. Harris continuó: “La amenaza que supone Hamás ... debe ser eliminada y Hamás no puede controlar Gaza”.

Palestinos desplazados inspeccionan sus tiendas destruidas por los bombardeos de Israel, junto a unas instalaciones de la UNRWA al oeste de la ciudad de Rafah, Franja de Gaza, martes 28 de mayo de 2024. [AP Photo/Jehad Alshrafi]

El asesinato de los seis rehenes dominó la cobertura informativa de los medios de comunicación estadounidenses durante todo el domingo, los mismos medios que ignoran en gran medida el número mucho mayor de víctimas mortales diarias de los crímenes de guerra israelíes en Gaza y Cisjordania. Estos informes se hicieron eco acríticamente de las declaraciones de los militares israelíes sobre los detalles de las muertes, aunque tales declaraciones se han demostrado repetidamente falsas en el pasado.

En declaraciones a Jonathan Karl en el programa “This Week” de la cadena ABC el domingo por la mañana, el senador republicano por Carolina del Sur, Lindsey Graham, pidió una extensión de la guerra a Irán. «Si quieres que los rehenes vuelvan a casa, cosa que todos queremos, tienes que aumentar el coste para Irán. Irán es el gran Satán aquí”, dijo Graham.

El senador continuó diciendo que se requerían actos de guerra específicos para “responsabilizar a Irán”, incluyendo una lista de objetivos de «refinerías de petróleo en Irán”.

Una protesta masiva de más de 500.000 personas estalló en Tel Aviv el domingo por la noche exigiendo que el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu ponga fin a la guerra en Gaza. Las organizaciones de noticias informaron de que se trata de la mayor manifestación en Israel desde que comenzó el genocidio hace once meses.

Al grito de “Ya, ya”, los manifestantes pidieron un alto el fuego inmediato que permita liberar a los rehenes restantes. La federación sindical israelí Histradrut ha convocado una huelga general para el lunes que paralizará importantes sectores de la economía, como la banca, la sanidad y el transporte.

Mientras Netanyahu acusaba a Hamás de paralizar las negociaciones de alto el fuego, la operación militar israelí respaldada por Estados Unidos ha mantenido su bloqueo de Gaza y ha seguido llevando a cabo ataques aéreos selectivos contra los palestinos en pos de su bárbaro objetivo de “victoria total”.

Hasta el viernes, el Ministerio de Sanidad de Gaza que el número de muertos ha alcanzado los 40.602 desde el 7 de octubre del año pasado y otros 93.855 han resultado heridos. La operación de limpieza étnica de Israel ha desplazado a la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza y ha sumido a la franja de 141 kilómetros cuadrados en una catástrofe humanitaria.

En el norte de Gaza, dos palestinos murieron y otros resultaron heridos después de que el ejército israelí atacara una casa en la zona de al-Tawbah del campo de refugiados de Yabalia. Antes, un ataque aéreo israelí alcanzó el Hospital Árabe de Al Ahli, en el norte de la ciudad de Gaza, matando al menos a tres personas e hiriendo a decenas. Las fuerzas israelíes también atacaron la zona de Tuffah, al este de la ciudad de Gaza.

En una entrevista concedida a Al Jazeera, un trabajador de la agencia de defensa civil, que rebuscaba entre los escombros tras el ataque contra un complejo hospitalario en el norte de la ciudad de Gaza, condenó el último ataque del ejército israelí contra instalaciones médicas.

“Esto constituye otro crimen de guerra, que se suma a los muchos crímenes cometidos por el ejército en la Franja de Gaza”, declaró el hombre no identificado. «Los aviones de guerra israelíes apuntaron y destruyeron el edificio de punta a punta del Hospital Árabe al-Alhi. Sigue siendo el único centro médico que atiende a pacientes y heridos en la ciudad de Gaza desde que el ejército arrasó el hospital Al Shifa”.

En el sur de Gaza se informó de la muerte de decenas de personas en incursiones israelíes, entre ellas 27 palestinos que fueron trasladados al hospital Nasser de Khan Younis.

Mientras tanto, Israel ha ampliado sus sangrientas operaciones militares en Cisjordania iniciadas el miércoles.

Desde el viernes, los soldados han concentrado las incursiones en la ciudad de Yenín y su campo de refugiados, durante mucho tiempo bastión de la resistencia palestina a la ocupación ilegal del territorio por Israel desde hace décadas.

Bashir Matahen, director de relaciones públicas y medios de comunicación del municipio de Yenín, declaró que las fuerzas israelíes han arrasado más del 70% de las calles de la ciudad. Según la prensa, el 80% de Yenín y todo el campo de refugiados están sin suministro de agua debido a la destrucción de las redes de distribución, y los equipos de reparación no pueden acceder a las zonas afectadas.

Una declaración de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU condenó el sábado el “uso de la fuerza ilegal durante las operaciones militarizadas en la Cisjordania ocupada y pide que se ponga fin inmediatamente al actual ataque contra el campo de refugiados de Yenín. La actual ... operación en el campo de refugiados de Yenín y en las zonas adyacentes de la ciudad ha provocado aparentemente homicidios ilegítimos, inseguridad para los residentes palestinos y una enorme destrucción del campo, hogar de unos 11.000 palestinos”.

Kenneth Roth, exdirector de Human Rights Watch y alineado desde hace tiempo con los intereses de la política exterior estadounidense, calificó los ataques de Israel Cisjordania de “guerra total”, con miembros del gobierno de extrema derecha que pretenden expulsar a todos los palestinos del territorio.

“Aunque en el campo de refugiados de Yenín haya amplios combates entre las fuerzas israelíes y los militantes, eso no significa que no haya normas: las Convenciones de Ginebra siguen siendo de aplicación”, declaró Roth a Al Yazira.

“Una de las normas básicas es que Israel debe permitir el acceso de la ayuda humanitaria. Así que no puede simplemente cortar la comida, el agua, la electricidad y la atención médica, como hemos oído que está haciendo. Tiene la obligación de permitir el acceso de la población civil. No puede utilizar la excusa de los combatientes para matar de hambre a los civiles, y eso es lo que hizo en Gaza”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de agosto de 2024)

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